¿Le han sustraído dinero de su cuenta bancaria o ejecutado órdenes sin su consentimiento y la entidad bancaria se lava las manos?
El llamado «phishing» es el timo más extendido entre los estafadores informáticos, consiste en el envío masivo de correos donde se suplanta la imagen de un banco para conseguir del usuario el número de sus cuentas, claves y otro tipo de información sensible, que posteriormente se utilizará para sustraer el dinero. Este tipo de delincuentes solicitan a clientes de bancos sus datos con multitud de pretextos, siendo el más común, el de la actualización de claves y contraseñas.
Más peligroso aún es el denominado «pharming», consistente en manipular el archivo de dominios del usuario para desviar, cuando teclea la dirección web real del banco, a otra página web falsa que suplanta a la original, sin que la víctima pueda siquiera percatarse.
En este tipo de estafas, quien es realmente engañado no es el cliente bancario propietario del dinero, sino la entidad que se lo custodia. Como en estos casos resulta sumamente difícil localizar al defraudador, ya que las órdenes suelen hacerse desde el extranjero a cuentas en paraísos fiscales donde se les pierde la pista y, asimismo, el volumen de fraudes y delitos informáticos de este tipo es más significativo de lo que podamos pensar, las entidades bancarias evitan informar a los afectados por este tipo de estafas para eludir su responsabilidad legal y contractual como custodiante del dinero del cliente bancario.
Si ha sido víctima de una estafa informática en la que le sustrajeron su dinero o inversiones, podemos ayudarle a hacer valer sus derechos y recuperar su dinero.